miércoles, 17 de agosto de 2011

Andrés de mi Guarda...

Hace algún tiempo, ni mucho ni poco, se encontraba Martina, en medio de la nada, buscando su destino. Empezó a caminar y caminar sin rumbo, sin saber a donde ir, y cuando se dio cuenta, se vio en medio de una fría ciudad, enorme además, llena de gente a la que a pesar de hablar su mismo idioma, no le entendía nada. Es como si identificara las palabras que decían pero desconociera su significado. Entonces comenzó a sentirse sola, más sóla que nunca, y en ese momento, cualquier halo de esperanza moría casi completamente.

Pero cuando ya la esperanza tan reducida, que parecía extinguirse sin remedio, apareció un ángel, de esos que no tienen alas, pero que en la tierra se llaman amigos. Su nombre: Andrés Mauricio. Este ángel por un momento cautivó a Martina, a ella le gustaba el misterio que se escondía tras su mirada, le gustaba su sonrisa y su cara, sobre todo adoraba cuando él se ponía sus gafas oscuras, eso la hacía suspirar sin remedio. Entonces la esperanza comenzó a reavivarse y la ilusión volvió.  Comenzaron a hablar mucho, la excusa era siempre un cigarrillo, y aunque no era lo que Martina esperaba, ya que siempre la conversación giraba en torno a la ex novia y el despecho de Andrés, ella disfrutaba sólo de su compañía, y de la ilusión, de que tal vez, ese despecho se pasara y ambos tuvieran juntos, la posibilidad de creer de nuevo en el amor.

Sin embargo fue pasando el tiempo y nada cambiaba, Andrés seguía con su despecho y Martina, aunque trataba, no podía hacer nada para cambiarle ese estado a su amigo, porque aunque ella sentía algo más por él, era sólo un amigo, y ella lo tenía más que claro.

Entonces pasaba el tiempo y la tristeza se apoderaba de él, y como ella era su confidente, y amiga más cercana, se la transmitía a ella, que además de sentirse sóla, tenía sobre sus hombros la responsabilidad de su amigo triste y deprimido.  Pero llegó un punto en que Martina no pudo más, ya había sido tan golpeada por la vida, ya se sentía tan sola, que necesitaba recuperar un poco la fuerza para poder continuar, así que decidió alejarse de Andrés, por su bien, por el bien de los dos.  Salió unos días de viaje, para descansar de esa enorme ciudad que la estaba consumiendo. Pero cuando regresó, encontró que Andrés había decidido acabar con su tristeza, con su soledad y había dado el paso que ella temía, pero que nunca pensó que iba a pasar en realidad...Andrés había decidido acabar con su vida dejándole un mail de despedida, y pidiéndole perdón a ella por haberla agobiado con sus problemas.

Martina perdió la razón, la fuerza, se pasó noches enteras sin dormir, llorando, transitando por la vida como un ente que ya no tenía motivos para vivir. Sentía a Andrés, sentía culpa por Andrés, tanto así, que un día tomó la decisión de hablar con Dios, o más bien, rogarle que se la llevara, decirle que ya no podía seguir viviendo, que por favor se apiadara de ella, o que de lo contrario, la pusiera en el lugar donde podría, tal vez, volver a la vida.

Entonces de la nada, uno de sus más grandes anhelos, que era volver a ver a su familia se hizo realidad. Lo misterioso del asunto, es que Andrés, su amigo, sabía cuán grande era este deseo para Martina. De la noche a la mañana, Martina volvió a su mundo, volvió a Dios, volvió a creer. Incluso, hoy en día, los problemas laborales que no se siente capaz de resolver, de inmediato se dispersan cuando le pide a ayuda a Andrés.  Ella lo siente con él, lo ve en algunas personas, y sabe en el fondo, que él está feliz y que la cuida.... Es como si Andrés se hubiese convertido, en su Ángel de la guarda, pero esta vez, con alas blancas!

martes, 2 de agosto de 2011

Estrenando ando...

Estoy estrenando tacones! Y créanme, no se trata de un asunto puramente superficial, esto sin duda tiene que ver con un cambio en alguno de mis esquemas, no se todavía en cual, estoy tratando de descifrarlo!

Esto de que esté estrenando tacones es una novedad absoluta, la gente de la agencia no lo puede creer -yo tampoco- tal vez, de una u otra forma, estoy tratando de elevar, en el sentido literal de la palabra, mi pordebajeada autoestima,, y de paso mi estatura...

Sin embargo la anterior no deja de ser una conjetura, porque tengo algunas otras teorías que podrían explicar cuál fue la causa de haberme animado, (o más bien de haber osado) por primera vez a usar tacones:

1. Estoy tratando de darle gusto a mi papá, dejando de lado la gaminería, y teniendo una imagen un poco más de adulta (que a mis 28 ya es justo y necesario)
2. Es posible que me sienta un poco más segura y por primera vez quiera verme un poco más sofisticada
3. Estoy completamente loca y ya no se ni donde estoy parada

Sea cual sea la razón, quiero expresar mi total incomodidad con mis tacones nuevos, cada paso que doy hace me duela cada parte de mis pies, y hace que sienta que camino como esas chicas de las que tanto me burlé en la calle, al no poder manejar esos cms de más...

Pero, a pesar de todo eso, y por alguna extraña razón, creo que volvería a ponérmelos, porque aunque me duele todo, y me siento un poco ridícula, creo que son el resultado de un cambio que a pesar de no saber si es positivo o negativo, me hace sentir bien... será que el hecho de dar un primer paso en tacones, supone mi primer paso hacia mi madurez???

lunes, 1 de agosto de 2011

No a la mediocridad por favor!!!

Reconozco que de unos días para acá he estado un poco ácida, pero como colombiana, no puedo aceptar la mediocridad y la falta de respeto hacia las personas de bien, que nos levantamos cada mañana a trabajar y construir un mejor país...

Estamos por estos días celebrando un evento importante a nivel mundial, el mundial sub 20, que respresentaba para esta sufrida tierra la oportunidad de lucirse y hacer gala de tanto talento humano y creativo que hay aquí.

Pero desde que empezó todo, ha sido fracaso tras fracaso a lo que debo decir varias cosas:

No puedo aceptar que una mujeres policía se pongan a bailar cual cabareteras frente a los chicos de la selección inglesa, que luego de soportar horas y horas de viaje, que seguramente fue extenuante, tuvieron que aguantar a estas señoras que no hicieron otra cosa distinta a un ridículo sin precedentes (o bueno con precedentes pero bochornoso al fin y al cabo).

No puedo aceptar una inauguración tan pobre, tan plana, tan recochuda, tan ridícula, tan vergonzosa, sin luces, con mujeres cuyas figuras desentonaban en un evento que debió haber cumplido unos estándares estéticos que no se dejaron ver por ningún lado, unas canciones que no correspondían a ninguna región colombiana sino que son típicas del Ecuador u otros países, mucho menos una inauguración donde el presidente no pudo dar su discurso porque el micrófono falló...

No puedo aceptar que sabiendo con tanta anticipación que se vendría el sub 20, la capital del país no estuviese preparada para tan magno evento, y menos aún, que no tuvieran plan A, B, C y hasta Z para enfrentar el tema de la lluvia, que ya lleva varios días afectándonos... no, al contrario, tuvimos un estadio inundado, la sala de prensa, con todos los periodistas del mundo, emparamados, y descalsos, que verguenza...

Y puedo continuar con muchos más sucesos, pero creo que aquí expreso la inmensa desilución que siento ante la mediocridad y el nivel de mala improvisación que se maneja en este país.

Sobre todo no acepto las críticas que se me hacen, por dar a conocer lo que pienso. Mucha gente se escuda en mi dulzura, mi positivismo, para atacarme por no aplaudir la medicridad colombiana. Pues gente que me critica, precisamente porque amo esta tierra, es que me indigno de ver lo facilistas que somos, precisamente porque se de lo que somos capaces, es que me da una rabia increíble ver lo que sucede, y sobre todo me da rabia la gente que pretende que todo es perfecto y que debemos ver el lado bueno... pues señoras y señores, por eso es que no avanzamos, por conformistas. Se que no es sólo cuestión de criticar sino de hacer algo...  pues les informo que mostrar mi inconformidad en redes sociales acusando con nombre y apellido a quienes nos dejan mal parados, es hacer algo por este país...Además, soy una colombiana honesta, trabajadora, y lo que hago, trato de hacerlo lo mejor posible exigiéndome al máximo... y ustedes que me critican??? de verdad creen que todo es tan color de rosa? Despertemos colombianos, y exijamos a nuestros gobernantes y a quien sea del caso, que hagan su trabajo con honestidad y buscando siempre la perfección!!!

He dicho!