Y creo que es algo que va más allá de un asunto banal. He estado pensando seriamente en que todos los placeres de la vida, tienen una irremediable consecuencia que a veces, logra acabar con el encanto de haberlos vivido...
Por ejemplo, la comida chatarra, los dulces, la pasta, son un menú delicioso, y en el momento, eres feliz, mientras disfrutas del placer de comer...pero luego vienen las consecuencias: El sentimiento de culpa, los kilos de más, las arterias tapadas, y el azúcar disparada..
Luego, pienso en temas como el sexo, (aunque soy una mojigata pero hablo de los placeres que en general la gente disfruta), estás con la persona que te gusta, o mejor aún con la que amas...y luego? El miedo de saber si quedaste embarazada, o la decepción de saber que jugaron contigo y que fuiste un cuento de momento...y duele el corazón
También están las infaltables terapias antidepresivas. En el caso femenino, está el deseo insasiable de curar una tristeza saliendo de compras y antojándote de cuánta cosa ves en el centro comercial... y luego?? los planes de viajar y ahorrar, lejos de poderse cumplir, se convierten en imposibles porque incrementaste tu deuda por culpa de tus antojos contra la depresión...
Dentro de las terapias antidepresivas, tanto para hombres como para mujeres, está salir con los amigos y tratar de ahogar las penas en el alcohol (les quiero contar por experiencia propia, que tengo la certeza total de que éstas flotan, jajaja)...y muy posiblemente en una noche despechada, (cuyos remedios en un primer momento además de alegrarte te causan placer) se te puede ir una quincena completa, no sólo en cantidades estratosféricas de licor, sino en llamadas a celular que en medio de tu inconciencia realizas, y de las que no te acuerdas hasta que llega la factura de dichas llamadas, o hasta que tus amigos, te recuerdan que estuviste dedicándole canciones a las 3 de la mañana a la persona que te ha provocado el despecho, y que estuviste horas llorándole y diciéndole ridiculez y media. Es decir, luego de sentir el placer de estar enajenado(a) llega lo que llamamos guayabo moral que no es más que el arrepentimiento de los hechos cometidos cuando estabas fuera de tus cabales.
No hay duda de que las cosas que causan placer, las cosas que alivian, las cosas que te alegran, a la larga dejan sin sabores, por ahí una amiga mía decía...después del gusto, que venga el susto, y aunque suena algo negativo, también creo que todos esos momentos de risas, hacen la vida especial, y te llenan de experincias, que a la larga, te ayudan a enfrentar de mejor forma las crisis posteriores... y aunque todo lo rico engorda, yo seguiré comiendo, y aunque trataré de hacerlo saludablemente, me daré uno que otro gustico en la vida... de eso se trata este camino o no???
Como bien dicen, mejor pedir perdón que pedir permiso hjahahah ya en serio, cada cosa tiene su precio, por asi decirlo y pues bueno si bien el ir de compras, comer una super pizza o un helado nos satisface, es momentáneo...pero qué bien se disfruta :P jojo o no? a mí me da por comer papitas, hot dog y comprar algo de manera espontánea. No se, se siente como adrenalina...
ResponderEliminarsaludos Martina.
jajaja si así es Rocío, yo creo que todo tiene una consecuencia, pero al final, como dirían por ahí..."quien le quita a uno lo bailado?" la idea sería poder lograr que esos sentimientos de culpa después de hacer esas cosas no pesen tanto como los buenos momentos! Saludos para ti Rocío!
ResponderEliminar