martes, 10 de enero de 2012

Amigos con derechos...

Un día de Octubre, Martina se encontraba, como siempre, en su lugar de trabajo. Y lo que parecía ser un día igual de monótono a los demás, cambió de repente, cuando recibió un correo de un chico que se interesó en conocerla, gracias a un artículo que había escrito ella en algún blog político al que él acudía con regularidad.

Ella tuvo la oportunidad leer algunos artículos que Santiago había escrito (Santiago se llamaba el chico de esta historia) y le gustó enormemente su manera de pensar con respecto a temas de actualidad que a ella también le interesaban.

Se comenzaron a escribir, se conocieron, tertuliaron por horas y horas, intercambiaron algunos cigarillos, algunos rones, algunas cervezas, y un día, decidieron que podían llevar esa amistad a un nivel de confianza superior, así que decidieron tener una noche amena de sexo, con un poco de buena música y algunos cigarrillos... fue una noche maravillosa, y a pesar de ser para Martina, la primera vez que tenía sexo sin amor, pensó en que tal vez, podría ser una buena idea dejar tanto complejo y tanta mojigatería de lado, y darse una oportunidad para disfrutar de un buen amigo, compañero de tertulias.

Vale la pena describir un poco lo que sintió Martina esa noche, sintió cosquillas en el estómago, disfrutó cada caricia, cada beso, cada abrazo, se despojó del pudor y logró, por primera vez en su vida, dejar de lado el corazón, y darle la oportunidad al cuerpo de sentir.

Al día siguiente, más que sentirse mal, se preguntó si alguna vez podría encontrar una persona con quien tanto el cuerpo como el corazón pudieran sentir cosquillas la mismo tiempo, y no por separado.

La idea de esa amistad transparente, enigmática,cómplice, le gustaba, le gustaba mucho, sabía que podría meterse en un terreno peligroso, pero sabía que su corazón estaba ya muy lejos, así que ese miedo se discipaba cuando pensaba en el gran amor de su vida.

Unos días después se repitió la historia, nuevamente sintió magia, estrellitas, y sobre todo, un afecto indescriptible por santiago, afecto que distaba mucho del amor, pero que se había convertido en un cariño inconmesurable, y estaba, por demás, feliz de todo lo que ocurría con ese gran amigo, que sabía entenderla bien en todos los aspectos.  Tanto así que lo abrazó esa noche con tal fuerza, que él se confundió...

A partir de ese abrazo todo cambió, Santiago se asustó pensando que Martina se estaba enamorando de él, y decidió alejarse y abandonar una amistad que había sido mágica hasta entonces. Martina desconcertada y triste, decidió escribirle una carta, donde le cuestionaba a Santiago el por qué de su cambio, si todo seguía claro entre ellos...

A partir de ahí comenzó a apagarse la llama, de la amistad, de la pasión, Martina no quería que Santiago pasara por su vida, como cualquier otra persona, pero también sabía, que parte de la amistad, era el respeto hacia el otro...

Ella decidió callarse, no volver a hablar del tema, pero hasta hoy y eternamente, seguirá esperando a que aquel amigo con derechos, llamado Santiago, vuelva a ser el mismo de antes...

http://www.youtube.com/watch?v=KHvobc-jMmg

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